Mi mente piensa solo en el calor de tu cuerpo, en la luz de tus hermosos ojos, en el sabor de tus labios, en el color de nuestro gran amor…
De repente un fuerte dolor en mi pecho me anuncia que esto no tiene sentido, pero que tu amor es mi destino…
No quiero perder las esperanzas…
Pero la fuerte tormenta acompaña mis lagrimas, así como los días soleados de verano me acompañan en las felicidades…
Pero ahora miro el mar y el cielo estrellado, y el vacio de la soledad vuelve a mi, y la tormenta vuelve para acompañar
Mis lagrimas…